La timpanoplastia es una intervención que trata las perforaciones del tímpano. Estas pueden ser causadas por una infección (secuelas de la otitis media crónica), por la inserción de objetos en el oído, como por ejemplo los bastoncillos, o por un trauma de presión no cicatrizado. En casos muy graves, si la perforación alcanza los huesecillos de la audición (martillo, yunque y estribo), además de reconstruir el tímpano, es necesario recomponer también estas estructuras dañadas.
En la timpanoplastia, el otorrinolaringólogo utiliza una técnica que consiste en la retirada de una pequeña parte del cartílago de la oreja de la persona para utilizarlo como injerto en el sitio de la perforación. El objetivo de la intervención es doble, por un lado restaurar la membrana timpánica y por otro mejorar la audición, evitando así que de produzcan nuevas infecciones de oído.
En ocasiones, aun existiendo una perforación del tímpano, se puede evitar la intervención quirúrgica si el paciente toma las medidas adecuadas para evitar la contaminación del oído medio. En este sentido es recomendable el uso de tapones de oído durante el baño para evitar el contacto con el agua y la humedad y además es necesario realizar revisiones periódicas con un especialista para controlar las posibles infecciones. En ausencia de infección, se puede mejorar la audición gracias al uso de audífonos.
¿La timpanoplastia conlleva riesgos?
Como en todo acto médico, pueden haber riesgos y más teniendo en cuenta la necesidad de utilizar anestesia general en muchos caso, sin embargo, los riesgos asociados a la timpanoplastia son muy escasos e incluyen:
- Mareos, que generalmente desaparecen después de 1 o 2 semanas tras la intervención, con el uso de medicamentos;
- Rechazo al injerto, cuando no se cierra la piel del tímpano correctamente;
- Ocasionalmente, puede producirse alteraciones del sentido del gusto en el lado de la lengua que coincide con el lado del oído operado;
- Dificultad de cicatrización;
- Pérdida de audición respecto a la previa existente antes de la intervención. Esta posibilidad es poco frecuente y puede darse principalmente cuando se operan los huesecillos de la audición;
- Si el paciente sufre de acúfenos o mareos, estos pueden persistir tras la operación o incluso aparecer después de la intervención.
De todos modos, es conveniente destacar que los riesgos y complicaciones que puedan darse durante la operación están directamente relacionados con la situación clínica del paciente y sus circunstancias personales, siendo una operación de escaso riesgo en situaciones normales.